[:es]Inspirada en la experiencia del propio proceso terapéutico y personal, me aventuro a escribir lo que nace de tal proceso…
Mi tacto, superfície que protege de un dolor profundo.
Mi sonrisa, dibujo curvo que pide afecto.
Y mis arrugas, reclamos de caricias y piel.
Mi cuerpo, figura inconsciente que se va dando forma en cada movimiento.
Y con el movimiento, verdades profundas que simplemente son.
Ahora mi cuerpo recorre mil horizontes, preso de la inmensidad de sus posibilidades, y se deja caer donde la herida toca y duele.
No la retiene, no la teme. Frente a frente y en un mismo abrazo, la cuida y la deja ser. Ahogo de llanto y de niña. Ahogo del miedo y del no ser.
Emprendo un viaje de aquel que no es hacia el ser más puro, viaje de no retorno que huele a entrañas y sabe a corazón.
Alma desplegada frente a cuerpo encogido. Temblor de piernas y estupor.
Y melodia de llanto y anhelos. Y canto profundo a un ser superior.
Ahí reposo. Y ahí y entonces, también soy.
Tierra de raíces que ahora se elevan, savia ancestral que sabe del lugar.
Lugar que pisa todos los caminos, pues allí todos los caminos son.
Y descalza, ahora mis pies sienten todas las piedras del camino.
Y desnuda, ahora mis alas confían en volar.
Recorrido de vuelta hacia mí que toma y bebe de una amplitud intrínseca.
En mí crecen mil y un brazos en todas direcciones.
Ahora me apoyo en el suelo. Y desde ahí me despliego.
Y al fin, vuelo enraizada.[:ca]Inspirada en la experiencia del propio proceso terapéutico y personal, me aventuro a escribir lo que nace de tal proceso…
Mi tacto, superfície que protege de un dolor profundo.
Mi sonrisa, dibujo curvo que pide afecto.
Y mis arrugas, reclamos de caricias y piel.
Mi cuerpo, figura inconsciente que se va dando forma en cada movimiento.
Y con el movimiento, verdades profundas que simplemente son.
Ahora mi cuerpo recorre mil horizontes, preso de la inmensidad de sus posibilidades, y se deja caer donde la herida toca y duele.
No la retiene, no la teme. Frente a frente y en un mismo abrazo, la cuida y la deja ser. Ahogo de llanto y de niña. Ahogo del miedo y del no ser.
Emprendo un viaje de aquel que no es hacia el ser más puro, viaje de no retorno que huele a entrañas y sabe a corazón.
Alma desplegada frente a cuerpo encogido. Temblor de piernas y estupor.
Y melodia de llanto y anhelos. Y canto profundo a un ser superior.
Ahí reposo. Y ahí y entonces, también soy.
Tierra de raíces que ahora se elevan, savia ancestral que sabe del lugar.
Lugar que pisa todos los caminos, pues allí todos los caminos son.
Y descalza, ahora mis pies sienten todas las piedras del camino.
Y desnuda, ahora mis alas confían en volar.
Recorrido de vuelta hacia mí que toma y bebe de una amplitud intrínseca.
En mí crecen mil y un brazos en todas direcciones.
Ahora me apoyo en el suelo. Y desde ahí me despliego.
Y al fin, vuelo enraizada.[:]
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